"El Pijama Mágico"
Esther recibe por su cumpleaños un regalo muy especial: un pijama. ¿Un pijama es especial? Pues sí, porque pronto descubriremos que no se trata de una prenda normal. Entre tanto, su hermana Sofía, con su mejor amiga Fátima, descubren en un parque una caja de lo más misteriosa.
A partir de ese momento, empiezan a suceder cosas extrañas. Mientras Sofía y Fátima tratan de averiguar algo más sobre la extraña caja y el enigmático mensaje que oculta su interior, Esther comenzará a tener sueños muy, pero que muy reales, con su nuevo pijama.
Las dos historias irán convergiendo en un solo y mágico punto mientras las protagonistas van descubriendo algo más sobre la historia de Zaragoza, su carácter de crisol de tres culturas en la Edad Media y sobre las tres grandes religiones que en ella convivieron: cristiana, judía y musulmana.
El antiguo Museo Barbie, que hasta hace tres años estaba ubicado en una casona tradicional del siglo XVI en la localidad oscense de Lanaja, se va a trasladar en los próximos meses a Cuba, según ha desvelado su propietaria, María Pilar Marín-Yaseli.
Cuando sus hijas crecieron y dejaron de jugar con las muñecas, a María Pilar le dio pena deshacerse de ellas, por lo que las guardó a buen recaudo. Unos años más tarde, Marín-Yaseli tuvo un accidente de tráfico que le impidió seguir desempeñando su función de empresaria en Zaragoza, por lo que para ocupar su tiempo decidió desempolvar sus muñecas y comenzar a confeccionarles trajes.
Esta colección está compuesta por más de 700 "barbies" y 200 trajes confeccionados por su propietaria. Asentado, hasta el momento, en una localidad de unos 1.000 habitantes en la comarca de Los Monegros (Lanaja), el museo cerró en 2011, porque no "recibía ninguna ayuda" por parte de las instituciones y debido a la entrada gratuita, mantener el museo abierto era "mucho gasto".
María Pilar Marín-Yaseli, que ha visitado la isla caribeña en otras ocasiones, se puso en contacto con las instituciones cubanas para proponerles la idea de trasladar allí sus muñecas y que los niños cubanos pudieran disfrutar de su colección. De momento, está a la espera de los permisos del Estado cubano para poder enviar sus muñecas, si bien confía en que en el plazo "de un mes" ya sepa en qué fecha trasladará las obras a esta isla.
